Un poco de mi historia con la NMG

Conocí la Nueva Medicina Germánica hace 18 años, estando embarazada de mi hijo, y con un cáncer pulmonar de mi papá que nos llevó por caminos tortuosos, de médico en médico, cargando miedos y angustias en el corazón, hasta que por la providencia divina -porque ahora sé que nada es casualidad en nuestras vidas- conocimos a un médico quien tuvo la generosidad de regalarnos este maravilloso conocimiento. Este médico al que tengo el honor de llamarlo amigo, nos tranquilizó y nos abrió una puerta a un mundo que jamás pensamos encontrar: abundante, ordenado, sensato y esperanzador.  Conocer la NMG fue un parte aguas en mi vida, gracias a este conocimiento cayeron una serie de velos, no solamente en la salud sino en otros planos, cambió de manera esencial la manera de afrontar y lidiar con la vida.

10 años más tarde, mi esposo enfermó gravemente de un cáncer bronquial, este era el cuadro principal, y fueron apareciendo una serie de enfermedades secundarias asociadas, que determinaron que por iatrogenia y agotamiento, mi esposo fallezca en octubre de 2018. Fueron 8 meses de luchar contra la corriente, de creer que podía evitar lo que ya estaba definido, de hablar desde el corazón con el Dr. Hamer pidiéndole que me guíe en este oscuro camino que estaba transitando. En el proceso ingresé a una búsqueda desesperada por encontrar el terapeuta más idóneo de NMG y debo decir que este fue un proceso en el que conocí personas que me dejaron perpleja por su calidad humana, no lograba dar crédito a la disociación entre el discurso público que ellos tenían y lo rudimentario en el trato humano.

Pero también fue un proceso en el que tuve el privilegio de conocer a grandes seres humanos, también en el mundo de la NMG,  de “manos calientes” (como decía el Dr. Hamer), generosos, serenos, genuinamente preocupados por el bienestar de mi esposo. A ellos les tengo un agradecimiento eterno, uno de ellos es orgullosamente un compatriota y que también tengo el honor de llamar mi “amigo”. En ambos casos me llamaba la atención por supuesto de manera positiva la congruencia entre sus actos y discurso, conocedores a profundidad de la NMG con amplísima experiencia, y con un real afán de ayudar y escuchar al paciente, sin ninguna necesidad de figurar o hacer público el bien que están haciendo.

Algo que ahora se ha normalizado, mostrarse en las redes sociales como alguien “bueno”, con discursos altruistas, divulgador de este gran conocimiento, pero que en los espacios de interacción personal son personas que menosprecian y en muchos casos maltratan a los consultantes, esta es una dolorosa realidad en el mundo de la NMG, existe. Pero también existen estos maravillosos seres humanos concentrados en hacer una diferencia en este mundo, poco a poco, de plantar esta gran semilla que es la NMG, en su diario vivir, con discreción sin grandes discursos ni demostraciones, con acciones concretas y generosidad.

Y es que la vida es así, nos toca conocer y tratar con seres humanos, con historias, y experiencias individuales y que en todos los casos son grandes aprendizajes; y que en una sociedad cada vez más desordenada y antibiológica, es vital detenerse y observar  lo esencial y concentrarse en las pocas verdades científicas que el poder no ha logrado detener y una de ellas,  es el gran conocimiento que nos dejó el Dr. Hamer, la Nueva Medicina Germánica, que estoy segura que cambiará tu manera de gestionar tu salud con libertad y auto responsabilidad. Si es que buscas una respuesta real de por qué “enfermas”. Te invitamos a visitar nuestra página web: enmi.info

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